Su madre siempre la llamaba para que ayudara en las tareas de la casa. Pero Yaci andaba distraída y nunca la oía.
Un día, después de llamarla varias veces, la madre de Yaci se enojó y le dijo:
–Si sigues tan desobediente, voy a quitarte esa muñeca.
Yaci se asustó y decidió esconder a su Curumín. Con su muñeca en brazos se fue hacia la orilla del río.
Allí encontró a su amiga la tortuga.
–¿Qué buscas por aquí, Yaci?
–Un sitio para esconder mi muñeca.
–Esto es fácil –dijo la tortuga–.
Haz como yo: escarbo en la arena y escondo mis huevos.
Yaci cavó con sus manos un agujero igual al que veía hacer a su amiga la tortuga.
Dejó a su muñeca bajo la arena caliente y disimuló el lugar cubriéndolo con hojas.
Luego regresó a su casa.
Después de algún tiempo, Yaci volvió a la orilla del río. Allí, donde había escondido a su muñeca, encontró una hermosa planta con muchas mazorcas de maíz. Tomó una, la vistió con las hojas y se hizo una muñeca que era igual a su Curumín.
Y con las mazorcas de maíz que quedaron, la mamá de Yaci preparó ricas tortillas.
1. Lee las oraciones y escribe V (verdadero) o F (falso) según corresponda
Yaci hizo su muñeca con una mazorca de maíz.
La muñeca de Yaci se llamaba Cuculí.
Yaci llevó al mar a su muñeca.
La mamá de Yaci preparó tortillas.
2. ¿Por qué Yaci escondió a su muñeca?
3. ¿Crees que Yaci llamará Curumín a su nueva muñeca? ¿Por qué?
4. Si tú fueras Yaci, ¿dónde esconderías algo valioso? Explica.
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Lectura Comprensiva
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