Al día siguiente el caballo buscaba a su dueño Claudio, lo conocía muy bien porque llevaba ropa y los demás sapos no.
El caballo lo encontró al fin, estaba en la orilla de una laguna mirando tristemente su cuerpo en el reflejo del agua. El caballo se quedó con él.
El joven Claudio trató de comunicarse con el caballo, le dijo si podía encontrar a una mujer. Comenzó a entender lo que decía y le dijo que conocía a una mujer pero que era una coneja embrujada por Escaldufa. La buscaría, su nombre era Etel.
Claudio le dijó al caballo que para que se rompa el hechizo tenían que besarse. El caballo se fue cabalgando.
El caballo encontró a la coneja, le contó lo de Claudio, la subió al lomo y fueron en busca del sapo.
Llegaron donde estaba el joven, la coneja vio al sapo y rápidamente se enamoró, lo iba a besar y entonces apareció la bruja Escaldufa para impedirlo pero Etel y Claudio se dieron un beso igual.
Los jóvenes se fueron transformando en su forma humana y se enamoraron perdidamente. Se casaron en una boda muy grande y tuvieron dos hijos, Palmiro y Raquel y fueron una familia feliz.
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Lectura Comprensiva
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